De la imagen romántica de nuestros campos de frondosas alamedas, verdes chacras y coloreadas parcelas produciendo flores, matizadas con plantaciones que con frecuencia se mezclaban los paltos con chirimoyos, lúcumos y cítricos va quedando muy poco.

Basta pasar por las modernas carreteras de la provincia de Quillota para darse cuenta que el paisaje rural es distinto, particularmente por lo que se observa hacia los cerros donde proliferan las plantaciones de paltos.  Los productores dicen que mientras más cerca de la cima, más protegidos de las heladas se encuentran los árboles que intencionalmente son cada vez más pequeños.

El explosivo crecimiento en la superficie plantada con paltos ha ido aparejado con la incorporación de modernas tecnologías agronómicas, como el uso de riego tecnificado y otras, las cuales han permitido plantar cada tres metros una planta de otra y no cada 12 como era la tradición.

Así, a nivel nacional por lo menos unas tres mil hectáreas fueron incorporadas anualmente a la superficie plantada. Un incremento considerable porque hasta antes del crecimiento explosivo, existían sólo 8.000 hectáreas en todo el país.

Ha sido el boom de la palta y la provincia de Quillota respondió a este fenómeno y en la actualidad genera el 25% del volumen total de las exportaciones de paltas del país.

En pocos años Chile se transformó en el primer exportador mundial con casi 40.000 hectáreas plantadas principalmente con fines de exportación. No obstante con un consumo per cápita de 3,5 kilos que puede llegar a 6 kilos en los próximos cuatro años.

Tal crecimiento ha traído consigo la detección de problemas en el rubro lo que ha demandado investigación y desarrollo en centros científicos y universidades regionales como también en otros lugares  del país.

Es así como hace poco más de 10 años el Centro Regional de Investigación  del INIA La Cruz priorizó este cultivo como una de las líneas fuertes de investigación en diferentes temas para mejorar su competitividad.

“Cada proyecto adjudicado ha procurado generar soluciones eficientes a los problemas tecnológicos que se han detectado en el proceso productivo del palto”, afirma Pilar Gil, Ing. Agrónomo y doctora en fisiología vegetal, y han sido varias las iniciativas en el tema de riego que se han desarrollado generando información relevante que contribuye a mejorar el cultivo del palto.

Pilar Gil

La especialista plantea que los desafíos de la investigación asociada al rubro palto hoy tienden a disminuir los costos de producción, así como también cuantificar y mitigar la huella del carbono y la del agua, mejorar la calidad de la fruta y condición de los árboles sometidos a períodos de sequía y a incorporar nuevos manejos amigables con el medioambiente.

“La idea, asegura Pilar Gil, es adelantarnos a solucionar los problemas del agricultor antes de que realmente limiten el negocio y ver cuáles son las opciones que nos permitan disminuir los riesgos como asimismo disminuir los problemas derivados de las condiciones edafoclimáticas, entre otros aspectos”.

El agua es uno de los factores importantes de producción, y tiene que ver con su disponibilidad, el clima, suelo, humedad relativa y latitud, entre otros”. Agrega que, factores ambientales tales como altas temperaturas, radiación, precipitaciones, salinidad, carbonatos, etcétera son problemas que van a primar en el futuro porque la zona productiva del palto está creciendo a zonas más marginales y los manejos se están haciendo cada vez más intensivos. Por lo tanto, la necesidad de solucionar problemas derivados de estos aspectos va a determinar finalmente la innovación que se requiera en metodologías, tecnologías e insumos”.

En el caso del palto, explica la profesional, se ha determinado, en el marco de un proyecto financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y ejecutado por INIA, que la fase productiva, es decir todo lo relacionado con las labores realizadas en el predio para la obtención de fruta, implica un alto gasto de energía eléctrica, lo cual encarece los costos y además complica la huella de carbono del rubro, debido a este gasto energético. “Para regar en los cerros se necesita mucha energía y este es un factor crítico en esas plantaciones. Como el palto tiene hojas todo el año, entonces hay un requerimiento hídrico todo el año, el cual además aumenta en período estival y ese costo de riego le está preocupando mucho a los productores”.

La especialista fue enfática en plantear que el tema energético es un problema para los productores de palto. “Dependiendo de la cota y del lugar donde se encuentran las plantaciones, es decir, si estamos más cerca de la cordillera, más cerca del mar o si estamos a nivel del mar o a mayor altura, el costo de la energía eléctrica puede variar entre 100 mil pesos anuales por hectárea y un millón 800 mil pesos por hectárea o más”. Agrega que el costo directo por hectárea anual en palto es alrededor de 5 mil dólares y ese costo puede ser variable dependiendo del costo de la energía eléctrica“. Con esos 5 mil dólares, manifestó, “estamos hablando de un costo de energía eléctrica equivalente a un 25%.  Pero si estamos en una situación de huerto cercano a la cordillera en cotas muy altas que tienen un alto requerimiento hídrico esta cifra podría aumentar a 7 u 8 mil dólares por hectárea y el costo energético ya no ser un 25 sino un 60%”.

A la pregunta que surge ¿entonces cómo puede ahorrar energía un productor?, la investigadora señala, primero, usando eficientemente el agua. “Uno debiera regar en la medida que la planta requiere agua. Por ejemplo, si la planta tiene una alta evapotranspiración a las tres de la tarde, no está mal regar a esa hora”.

La doctora Pilar Gil plantea que una “nueva amenaza” por la que los mercados van a comenzar a exigir es la “huella del agua”, que en definitiva significa cuántos litros de agua se utilizan para producir un kilo de fruta.

Considerando este escenario, la especialista del INIA La Cruz, afirma que “el negocio de la palta se hace cada vez más complejo y  nuestro desafío como institución es solucionar los problemas tecnológicos de los productores”. A manera de ejemplo, podemos señalar que para la solución del  tema energético “vamos a tener que seguir haciendo hincapié en que los agricultores tienen que regar mejor y ocupar más sus sistemas de riego. Hemos realizado grandes esfuerzos a través de programas de transferencia en riego. Pero también nuestro desafío es desarrollar tecnologías que permitan a la planta disminuir su consumo”. ¿Cómo?, “un ejemplo es ajustar coeficientes de cultivo que se ocupan para hacer los cálculos de tasas riego. Hay que aplicar más de ciencia y ajustar esos datos.

Probar con insumos y nuevas técnicas, disminuir la evapotranspiración de los cultivos, etcétera. También hay que definir que de cierta altura hacia arriba es antieconómico cultivar el palto porque al agricultor le va salir muy caro. “Es importante determinar cuál es el punto de equilibrio económico que le permita al productor mejorar el margen de negocio del rubro de la palta”, concluyó.

Fuente: Eliana San Martín, INIA La Cruz

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