Cumbre Cancún

Las negociaciones por el cambio climático en Cancún, que terminaron hace poco más de una semana, despertaron menos expectativas que la cumbre de Copenhague el año pasado. Esto permitió una atmósfera más relajada para los periodistas, lo cual permitió que el reporteo fuera más allá de las negociaciones.  El siguiente artículo recoge la visión al respecto de James Painter, autor de un reciente estudio de la Universidad de Oxford que critica la cobertura sobre cambio climático. Painter plantea cómo hacer historias que atraigan al público (y a los editores de medios).

CANCÚN, MÉXICO-No hay duda de que las negociaciones de Naciones Unidas sobre cambio climático, que concluyó hace poco más de una semana, fueron muy diferentes de lo que se vivió en la cumbre de Copenhague el año pasado. Los periodistas llegaron a Cancún a sabiendas de que las expectativas para las conversaciones eran bajas y que no había ninguna posibilidad de un acuerdo espectacular, que pudiera «salvar el clima.»

Tome la escena fuera del Centro Azteca en el resort Moon Palace, donde las negociaciones se estaban produciendo con el objetivo de lograr un acuerdo internacional para reducir emisiones gases de efecto invernadero. Ahí es donde conocí a James Painter (autor de un reciente estudio de la Universidad de Oxford criticando la cobertura de la reunión de Copenhague), para debatir los acontecimientos mediáticos en Cancún y lo que los reporteros que cubren el cambio climático deberían hacer si quieren mantener a la audiencia interesada en la historia.

Nos sentamos en un par de sillas de plástico en una pendiente de hierba desigual porque eran las únicas que encontramos sin tener que buscar demasiado. El césped estaba lleno de gente sentada en el sol, conversando y al parecer divirtiéndose. Esto no es algo que cualquiera hubiera visto en Copenhague. Las temperaturas gélidas en Dinamarca tuvieron algo que ver con eso, por supuesto, pero también era la atmósfera en la cumbre del año pasado. Tensos con la expectativa de que un tratado significativo en realidad podría ser alcanzado, los periodistas tenían que estar constantemente alertas si no querían perderse nada. Yo estaba allí, y pocos periodistas se entregaban a los momentos de ocio que parecían comunes en Cancún.

Painter también ha notado el aire más relajado y piensa que ha dado a los periodistas la oportunidad de informar sobre una amplia variedad de temas más allá que la propia conferencia. Dijo que un rápido vistazo a la cobertura de prensa ha demostrado que muchas historias fueron escritas sobre temas como la vulnerabilidad de Cancún al cambio climático, un informe del Banco Mundial sobre cómo las ciudades pueden beneficiarse de un desarrollo bajo en carbono, un informe de la Organización Meteorológica Mundial indicando que 2010 posiblemente será el año más caluroso de la historia, y un informe de las Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente sobre glaciares.


«Mi impresión es que las conferencias de prensa y eventos paralelos, donde estas iniciativas o informes se lanzaron, fueron mucho mejor atendidos que en Copenhague», dijo Painter.

Painter cree que alejarse de la cobertura centrada exclusivamente en las negociaciones es un hecho positivo por tres razones: 1) la variedad de la información 2) más contexto acerca de por qué el cambio climático es un tema importante 3) historias sobre temas como las iniciativas de bajas de emisiones de carbono ofrecen un marco más positivo que el catastrofismo asociado a las negociaciones.

«El ambiente es relajado, los riesgos son mucho menores [aquí],» según Painter. «No es un hacer o romper un acuerdo, todos se pueden reunir de nuevo en Sudáfrica el próximo año. Hay una sensación muy diferente. Tengo la impresión, aunque puedo estar equivocado – tendría que hacer un análisis de contenido – que no hay ese tipo de sentimiento de seguir al rebaño, donde los periodistas sienten que tienen que saber exactamente lo que está pasando con todas las negociaciones. Tengo la impresión que ha habido más oportunidades para cubrir otros temas que sólo las negociaciones. Ha habido un montón de interesantes reportajes que salen de un montón de actividades paralelas sobre todo tipo de aspectos diferentes. Es muy interesante ver el tipo de historias que la gente está haciendo, no siempre retratando el cambio climático como esta gran catástrofe, sino que mostrándolo también como una gran oportunidad para los negocios, la energía verde y la creación de empleo. »

Las cifras preliminares proporcionadas por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (que organiza las cumbres) muestran que cerca de 2.000 periodistas asistieron a las conversaciones en Cancún, dijo Painter. Eso es una caída del 50 por ciento respecto de Copenhague, que reunió a cerca de 4.000 periodistas, de acuerdo a su informe para el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo en Oxford. En particular, según Painter, Cancún vio una fuerte disminución en el número de periodistas de los países occidentales, aunque más periodistas de América Latina asistieron a la cumbre.

Una de las principales conclusiones del estudio de Oxford fue que menos del 10 por ciento de los despachos de noticias de Copenhague se centró en la ciencia del clima. La falla de no poner las negociaciones en el contexto de la comprensión científica actual fue una de las principales deficiencias de la cobertura, de acuerdo con Painter.

«El balance fue probablemente demasiado en favor de todo el drama», afirma, «que es lo que el periodismo más le atrae, más que el otro objetivo del periodismo que es informar y educar y asegurar que las personas tienen suficiente contexto. »


Painter todavía cree que poner las cumbres de la ONU sobre el clima en el contexto científico es importante, aunque tendría que hacerse una investigación para determinar si el reporteo en Cancún fue más centrado en la ciencia del clima de lo que estaba en Copenhague.

«La mayoría de las encuestas muestran que en muchos países – incluidos los EE.UU. y el Reino Unido – la mayoría de las personas no tienen gran alfabetización científica sobre el cambio climático», dijo. «Algo así como un 40 por ciento de los estadounidenses ni siquiera puede decir lo que es un combustible fósil y, en el Reino Unido, la gente está muy confundida acerca de dónde existe un consenso acerca de la ciencia y dónde no lo hay. Así que es un argumento para tratar de asegurarse de que usted pone bastante en su artículo para entender la ciencia. »

Sin embargo, Painter señala que uno de los desarrollos positivos en Cancún fue un alejamiento de la cobertura aterrorizadora que muestra al mundo siendo devastado por el cambio climático. En cambio, vio más historias en las oportunidades que pueden surgir de hacer frente al cambio climático.


Encontrar este tipo de contextos positivos, y hacer historias importantes para la vida cotidiana de las personas, son buenas maneras de hacer un artículo sobre el cambio climático más interesante, señala Painter, agregando que el ángulo de salud pública (poco reporteado) podría generar un gran interés.

A pesar de lo que fue considerado como una cumbre relativamente exitosa en Cancún -con los líderes del mundo de acuerdo, entre otras cosas, para establecer un nuevo Fondo Verde climático que espera canalizar dinero a los países en desarrollo que sufren los efectos del cambio climático, así como un programa para hacer frente a la deforestación y la degradación de la tierra- Painter teme que «la fatiga del clima» es cada vez mayor en la sala de prensa y entre los consumidores de noticias.

«Los editores están hartos con el tema, y el público está bastante cansado con el tema», afirma. «La responsabilidad recae en la periodista para hacer una historia sumamente significativa, interesante y entretenida”.

Traducción al español de artículo escrito por el periodista sudafricano Richelle Seton-Rogers, publicado originalmente en la sección de ciencia del Columbia Journalism Review.

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