Recientemente la Sociedad de Biología de Chile encargó al Centro de Investigaciones Sociales Katalejo un informe sobre el sistema chileno de fomento a la ciencia y tecnologia. Algunas dramáticas conclusiones son: «Duplicidad de funciones y objetivos entre los distintos organismos que administran instrumentos de fomento a la investigación… escaso diálogo y coordinación entre las distintas instituciones. No parece existir una instancia efectiva de coordinación. Poca credibilidad frente a la autoridad económica, lo que limita la asignación de recursos».

El informe -que lleva por titulo “El sistema chileno de fomento a la ciencia y tecnología: una evaluación desde la óptica de distintos protagonistas del quehacer nacional”- está disponible para su descarga desde el portal web de la Sociedad de Biología y siguiendo este enlace.
Parte del diagnóstico acerca de la realidad chilena se resume en el siguiente cuadro extraído del informe:

Para condimentar este negativo panorama general, a continuación también se encuentran algunas citas textuales entregadas por algunos notables entrevistados que participaron en el estudio:

Respecto del rol de la divulgación científica dentro de la sociedad, se destaca la importancia del periodismo científico: «Una de las estrategias claves al respecto pasaría por incentivar y mejorar la calidad del periodismo científico, interviniendo en la formación de los periodistas, o incluso incorporando la divulgación científica como una alternativa de especialización para los estudiantes de Ciencias. Otra recomendación apunta a generar una mayor cercanía de la comunidad científica con los medios de comunicación», sugiere el estudio.

Como una muestra de la importancia que las autoridades chilenas asignan a la política científica, a continuación se presenta un cuadro con las diferentes personas que declinaron colaborar en el estudio o bien simplemente no ofrecieron ninguna respuesta:

Extracto de la introducción del estudio:

Al revisar los lineamientos programáticos de los distintos gobiernos, así como las propuestas de las restantes candidaturas y partidos políticos a lo largo de los últimos años, y las declaraciones en los medios de comunicación de representantes del mundo político, empresarial y académico, se desprende que pareciera existir un consenso en torno a la necesidad de incrementar significativamente el financiamiento que actualmente se destina en Chile a la Ciencia y Tecnología, emulando así lo que ocurre en la mayoría de los países desarrollados.

Esta intencionalidad, sin embargo, contrasta con las cifras que indican que, de acuerdo a las metodologías más difundidas, apenas un 0,4% del PIB de Chile se destina a actividades de investigación y desarrollo (I+D), entre las cuales se incluye la actividad científica y el desarrollo de tecnologías. Estas cifras sitúan a Chile muy por debajo de lo que ocurre en países desarrollados de tamaños comparables al nuestro, como Irlanda o Finlandia, e incluso de naciones en desarrollo, más cercanas a la realidad chilena, como es el caso de Brasil.

La persistencia en el tiempo de este comportamiento estaría vinculada a dos motivos principales. En primer lugar, una percepción bastante generalizada en el país respecto a que la inversión en investigación científica y tecnológica es relevante pero no prioritaria, lo que determina que se posterguen los aumentos presupuestarios a favor de otras urgencias. En segundo término, no existiría consenso entre los actores claves de la institucionalidad política y económica sobre los objetivos a corto y largo plazo del sistema chileno de Ciencia y Tecnología; ni tampoco sobre la calidad, potencial y relevancia de la producción científica nacional.

Este diagnóstico dio origen al proyecto “El sistema chileno de fomento a la Ciencia y Tecnología: una evaluación desde la óptica de distintos protagonistas del quehacer nacional”, orientado a conocer y caracterizar las distintas visiones que sustentan los actores claves en la toma de decisiones sobre el desarrollo y financiamiento de la Ciencia y Tecnología en Chile.

Esta investigación fue desarrollada por el equipo de Investigaciones Sociales Katalejo entre los meses de noviembre de 2010 y agosto de 2011, a partir de una iniciativa de la Sociedad de Biología de Chile. Contó con el patrocinio de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile y de la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El presente informe presenta la sistematización y análisis de los resultados de esta investigación, y expone conclusiones y líneas de acción a partir de ellos. De este modo, busca entregar a la comunidad científica, y a otros actores interesados, información relevante que sustente la necesidad de una mayor inversión en Ciencia y Tecnología y permita generar propuestas para una mejor gestión y asignación de estos recursos.


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