El estudio, que se llevará a cabo en el Hospital Luis Calvo Mackenna, espera dilucidar por qué estos menores tienen retraso significativo en la talla y padecen trastornos del metabolismo mineral.
La insuficiencia renal crónica, entendida como la pérdida permanente e irreversible de la función renal, es una enfermedad silenciosa que conduce a diálisis y, eventualmente, a trasplante. Cuando afecta a los niños genera, además, dos complicaciones severas que la medicina moderna aún no ha podido subsanar: retraso del crecimiento y trastornos del metabolismo mineral.
El primero se acentúa de acuerdo al tiempo que el niño ha estado sometido a diálisis y si bien una vez ocurrido el trasplante este déficit comienza a reducirse, la talla nunca logra normalizarse. “Quedan marcados de por vida porque su talla es francamente baja: niños de 15 años que miden 1.30 cms o 1.40 cms”, explica el nefrólogo Francisco Cano, Profesor Titular de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
En tanto, los trastornos del metabolismo mineral van más allá del daño óseo, ya que se relacionan con un desbalance entre calcio y fósforo. “Los vasos sanguíneos comienzan a calcificarse, algo que los pediatras difícilmente pueden detectar y que aumenta la morbimortalidad de los pacientes cuando llegan a adultos. Así, un niño que se ha dializado y que logra trasplantarse podría fallecer de un infarto al miocardio al tener 18 años, como consecuencia de los daños acumulados”, comenta el especialista.
En el último concurso Fondecyt Regular el doctor Cano se adjudicó los fondos necesarios para llevar a cabo un estudio que se extenderá por tres años y que le permitirá analizar ambas complicaciones desde una perspectiva molecular. De hecho, el grupo nefrológico del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente suma con este estudio el tercer Proyecto Fondecyt activo a la fecha, un logro inédito en la especialidad.
“Las condiciones generadas en un hospital público como es el Calvo Mackenna, con una larga trayectoria de colaboración entre el mundo académico y asistencial, han generado los espacios y las condiciones necesarias para abrir líneas pioneras en la investigación pediátrica en Chile”, comenta el doctor Cano, investigador principal del Fondecyt.
Marcadores moleculares
De esta manera, los marcadores moleculares FGF23 y KLOTHO, específicos para medir el metabolismo mineral, serán estudiados en 35 niños que están haciéndose diálisis y en 35 controles. “Estas proteínas están siendo analizadas por la doctora Angela Delucchi en menores trasplantados que se atienden en la Unidad de Nefrología, en el marco de su proyecto Fondecyt Regular, lo cual ha abierto un camino de avanzada en este campo. Nuestro objetivo específico es interpretar qué indican estos marcadores al estar alterados en etapas más precoces”, comenta el doctor Cano.
En otras palabras, esta indagación busca explicar la génesis del trastorno del metabolismo mineral. “En el mundo está desarrollándose una investigación muy activa en este terreno, sobre todo la que promueve el grupo del doctor Isidro Saluski, de la Universidad de California (UCLA), Estados Unidos, con quien interactuamos. Así que estamos muy contentos de sumarnos a la vanguardia del conocimiento para interpretar datos cuyos resultados aún son inciertos”, añade.
La idea de los médicos es encontrar marcadores moleculares que se anticipen a los bioquímicos disponibles en la actualidad y cuyos resultados, lamentablemente, no permiten tomar medidas preventivas en los pacientes.
Para llevar a cabo este estudio pionero y observacional las técnicas se montarán en el Laboratorio de Biología Molecular del Hospital Luis Calvo Mackenna, ampliando la mirada diagnóstica disponible en el sector asistencial público del país. Además, en el futuro estos recursos de avanzada ayudarán a desarrollar análisis evolutivos de la patología.
El Dakar de la nefrología
Asimismo, el doctor Cano y su grupo investigarán nuevos marcadores moleculares para medir el crecimiento, los cuales todavía no han sido estudiados en niños chilenos con insuficiencia renal terminal. “La cascada de señales que genera la hormona del crecimiento (GH) en una célula es algo medible, nosotros queremos analizarla en estos menores porque sabemos que está perturbada. Por lo tanto, lo que nos interesa dilucidar es el grado de alteración y los factores relacionados con esta condición”, plantea.
Añade que los estudios moleculares de crecimiento serán realizados en colaboración con el Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Los Andes, bajo la supervisión de la co-investigadora, la Dra. Francisca Ugarte, endocrinóloga infantil.
Con este propósito se estudiarán las proteínas JAK2, STAT 5b y la expresión celular de IgFBP3, todas ellas involucradas en la señalización de la GH. “Estas alteraciones son, probablemente, las que inciden en el crecimiento anormal de los niños. Con este Fondecyt y en colaboración con la Universidad de Heidelberg esperamos hallar resultados que nos permitan interpretar los datos que obtengamos. Así, en el futuro, podríamos hallar mecanismos efectivos para intervenir oportunamente en la patología”, añade el doctor Cano.
De hecho, la nefróloga del Hospital Luis Calvo Mackenna, Dra. Marta Azócar, académica del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Facultad de Medicina, ya está realizando investigaciones genéticas con el plantel alemán en el marco de su proyecto Fondecyt de Iniciación.
“Buscaremos datos innovadores, observaremos sus resultados y los interpretaremos, en una exploración que podríamos denominar el Dakar de la nefrología”, acota el doctor Cano.
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Cecilia Coddou
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