Por Nicolás Luco

«Y hay cuestiones de vaso lleno, como el crecimiento en la Región del Maule. Y la sorpresa de que, aunque la astronomía pesa, no es el factor decisivo para que la investigación chilena esté tan bien en el mundo…»

Fuente: El Mercurio.com-Blogs. 19 de agosto/2013.

El miércoles pasado, justo antes del feriado sándwich, el Dr. José Miguel Aguilera cerró la presentación del «censo» 2013 de la ciencia en Chile.

Aguilera es presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, Conicyt. El «censo» se realiza por segunda vez a gran nivel. Lo hizo «SCImago», grupo internacional de investigación especializado en cienciometría, o sea, la medición del trabajo y de los resultados de los científicos.

El «Informe 2013», cuyas principales conclusiones publicó este diario ayer, abarca hasta 2011.

Aguilera cerró con una especie de puñalada. Recordó que después de publicar el «censo» anterior, esperaban una tole tole: discusiones, críticas, proposiciones, gritos y desmayos. (Bueno, no lo dijo tan así). Todos quienes discuten de educación, investigación, innovación podrían haber abierto su boquita o publicado cartas para bien o para mal. (Este diario sí publicó una crónica. Mi amigo el Dr. Jorge Babul también sacó su voz).

Fue casi como en el silencio en la mesa: «Pasó un angelito».

Aguilera ahora impetró a los cuatro vientos que el informe se discutiera.

Hacía minutos, el Dr. Manuel Krauskopf, el más importante «cienciómetra» del país, había pedido lo mismo… en un ambiente donde la investigación se debate sin datos, donde se trazan políticas basadas en impresiones, donde parece que domina el vaso medio vacío.

Recordó el estudio que acusó al 83% de los chilenos de ser desconfiados. ¿Cómo vamos a avanzar así? Los datos nos muestran el vaso medio lleno. Y la ciencia chilena puede seguir avanzando, pero siempre que haya un ambiente positivo.

Citó a un investigador de Brasil: les preguntó a científicos cuándo habían vivido los momentos más felices. Resultó que los períodos más felices habían sido los más productivos.

Es difícil que la ciencia pueda crecer si falta un clima que la valore, dijo Klauskopf.

El Informe/censo 2013 es un libraco de 297 páginas, se puede bajar de la página de Conicyt (o en http://www.informacioncientifica.cl). Aunque no se lea entero, destacan algunos resultados. Por ejemplo, Valparaíso por primera vez superó a Biobío en productividad científica, lo cual le debe caer como puntapié en el ombligo a la Universidad de Concepción.

O, por ejemplo, la Región Metropolitana, que es la que más produce, aparece teniéndoles «barra» a algunas regiones y despreciando a otras.

Y hay cuestiones de vaso lleno, como el crecimiento en la Región del Maule. Y la sorpresa de que, aunque la astronomía pesa, no es el factor decisivo para que la investigación chilena esté tan bien en el mundo.

De hecho, Chile ocupa el lugar 27 en el escalafón que contabiliza las veces que un artículo ha sido citado, en promedio, por otros. Estamos delante de China, Japón, Corea del Sur y toda América Latina, salvo Argentina.

Tres desafíos plantea el informe: crecer en cantidad o calidad, focalizarse o no en campos vitales para el desarrollo, centralizar o regionalizar.

Aguilera desafía a todos a discutirlo… con datos frescos en mano.

http://www.elmercurio.com/blogs/2013/08/19/14508/El-censo-de-la-ciencia.aspx

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