La gerente de Comunicaciones de ALMA y socia ACHIPEC, reflexionó sobre su experiencia profesional, sobre los 10 años del observatorio astronómico y su relevancia científica para Chile y el mundo.
Diez años de existencia en suelo chileno cumplió el observatorio internacional Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, ALMA. El más grande radiotelescopio del mundo, compuesto por 66 antenas de alta precisión, permite estudiar la luz de algunos de los objetos más fríos del Universo, develándonos así nuestros orígenes cósmicos: de dónde venimos y hacia dónde vamos.
En el marco del aniversario de ALMA, conversamos con la socia ACHIPEC, Valeria Foncea, quien destacó por sus reportajes sobre temas ambientales, científicos y tecnológicos para TVN, y ahora como Gerente de Comunicaciones y Educación del observatorio, quien se tomó un tiempo para reflexionar sobre su trayectoria y su trabajo en esta reconocida organización.
¿Cómo describirías tu trabajo en ALMA?
-Tuve que estudiar un magister en comunicación estratégica para cambiar mi switch mental desde el reporteo a la comunicación institucional. Pero trabajar en una organización sin fines de lucro, que no produce bienes materiales sino que conocimientos, y que cuenta con una diversidad humana y cultural en Chile y en diversos países del mundo, es sin duda alguna un lujo. ¡Y más encima se llama ALMA! En suma, yo trabajo con el ALMA.
¿Puedes resaltar los hitos más importantes de ALMA durante estos diez años de historia?
-Si tuviera que elegir serían las observaciones de sistemas planetarios en formación, que revolucionaron nuestro entendimiento de cómo se crean los planetas; la detección, por primera vez, de moléculas orgánicas complejas alrededor de una estrella, que nos entregó pistas de cómo podría llegar a aflorar la vida en otros lugares del Universo; pero sin duda, lo más icónico fue la participación clave de ALMA en la captura de la primera imagen de un agujero negro, que nos proporcionó la primera evidencia directa de la existencia de estos objetos.
¿Qué mensaje te gustaría hacer llegar a la ciudadanía, tras estos 10 años de desarrollo científico?
-Que, aunque trabajemos a años luz, nunca dejaremos de sorprender con nuevos descubrimientos. Que el hecho de que ALMA esté en Chile es una gran suerte porque da trabajo y experiencia a ingeniera/os, técnica/os, informáticas/os, etc. Y que es una proeza tecnológica en sí misma que vale la pena visitar. Finalmente, que es una demostración de que personas de diversos rincones del mundo pueden ponerse de acuerdo para trabajar conjuntamente en la búsqueda de nuestros orígenes cósmicos.
Chile y el desierto de Atacama son destacados constantemente como laboratorios naturales para la Astronomía. ¿De qué forma podríamos impulsar la formación de periodistas científicos con conocimiento astronómico?
-La curiosidad es lo primero y hacerse muchas preguntas. Sin embargo, las condiciones no están dadas para desarrollar el periodismo científico porque los medios de comunicación no destinan muchos recursos en esta dirección. Y debieran hacerlo porque es aquí donde pueden dar a conocer noticias positivas, de desarrollo y de interés humano, que tanto faltan en la pauta noticiosa. La presencia en Chile de investigadoras/es e instalaciones científicas de vanguardia, tal como lo son los observatorios astronómicos, está permitiendo que -por proximidad- los chilenos nos acerquemos hoy a la astronomía y a otras muchas áreas científicas.
¿Cómo motivarías a aquellos futuros y futuras periodistas científicas del país, a seguir el camino de la divulgación?
-No traten de entenderlo todo, porque hay un universo de elementos que no podremos abarcar. Pero usen la creatividad y el ingenio para acercar temáticas “duras” al entendimiento del público general, mostrándoles por ejemplo, cómo éstas pueden cambiar nuestras vidas.
Por Javiera Saavedra Campos.
Qué bueno que Valeria valore ese internacionalismo que genera la astronomía y que se palpa en ALMA. A mí me conmueve y me da esperanzas sobre el futuro de la humanidad.
Muchas gracias.Interesante la trayectoria de la colega.Es importante que los científicos confíen en los periodistas que desean fomentar la ciencia.
El ejemplo de Valeria es digno de replicarse