Periodistas científicos de todo el mundo se volverán a reunir en un próximo encuentro que tendrá lugar en Helsinki, Finlandia, en 2013. Esta fue la principal noticia con la que culminó la WCSJ 2011 en Doha, Qatar, que reunió a cerca de 750 personas, entre ellos colegas, científicos, docentes y escritores. Por Andrea Obaid C., desde Qatar.
Una semana que estuvo marcada por un enriquecedor intercambio de experiencias, más que de nuevos conocimientos. El inglés fue el idioma oficial para una comunicación transversal, sin embargo, la presencia masiva de periodistas árabes, egipcios, africanos e indios dejó claro que hay otras lenguas y culturas que predominan en el mundo periodístico aunque sea difícil para nosotros visualizarlo.
Las WCSJ 2011 fue un lugar para abrir más allá los ojos y mirar lejos de las fronteras y conocer el trabajo que cientos de periodistas científicos realizan en sus respectivos países tratando de comunicar y educar sobre la ciencia y la tecnología. Hubo siempre un denominador común: la pasión por informar y acercar los contenidos al público de la mejor manera posible con ética y rigurosidad.
Pero también relucieron muchas deudas como el interés por cubrir el trabajo científico de otros países.
En este sentido se hace imprescindible una mayor participación latinoamericana con el objetivo de mostrar a periodistas de países desarrollados que nuestra ciencia y tecnología, y nuestra forma de trabajar también es muy interesante y hay mucho que aprender.
Quizás la elección de la guatemalteca Lucy Calderón como miembro de la nueva directiva de la Federación Mundial de Periodistas Científicos pueda ser una ventana para continuar con el desafío de tener una presencia latina más potente.
Aún faltan más representantes de Sudamérica, particularmente, en este tipo de encuentros. No sólo como asistentes, también en los paneles. Brasil, México, Colombia, Guatemala, Argentina y Chile estuvieron presentes, pero por nombrar a algunos ¿qué pasó con Venezuela, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Bolivia, y Perú?
Es importante que puedan estar en Finlandia (mediante becas, por ejemplo) o quien sabe en un Congreso Latinoamericano de Periodistas Científicos que se podría organizar.
Lo interesante es que la retroalimentación de conocimientos, inquietudes y experiencias fue inmensa, pasando por conferencias sobre conquistando nuevas audiencias, cambio climático, enseñando periodismo científico o cómo escribir un libro a momentos de dispersión en un safari en el desierto, en una visita al Museo de Arte Islámico o en una comida típica árabe. Momentos nunca faltaron.
Por eso esta es una oportunidad que todo periodista científico debería vivir, más allá de ir en búsqueda de noticias, es el encuentro con una red valiosísima de contactos y de nuevas oportunidades, donde una tarjeta de presentación vale mucho más que una charla. Y es una instancia para darse cuenta que tanto en Chile como en India o en Fiji o en Reino Unido todos tratamos de acerca la ciencia al público y todos tenemos ganas de ser buenos periodistas científicos en diversas aristas.