Financiado por Conicyt, el organismo buscará introducir nuevos conocimientos y tecnologías para contribuir a modernizar los sistemas productivos y mejorar la competitividad de los agricultores de la Región, especialmente en el área hortofrutícola.

El Gobierno Regional de Valparaíso y la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, Conicyt, adjudicaron a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso la creación del Centro Regional de Innovación Hortofrutícola de Valparaíso (CERES), el cual buscará promover la competitividad y sustentabilidad en la Región, junto al desarrollo territorial, buscando armonizar el trabajo de todos los actores involucrados.
El proyecto se desarrollará durante los próximos 5 años con recursos que superan los mil 200 millones de pesos en total.
La constitución oficial de su directorio se realizó el 12 de octubre en una ceremonia encabezada por el rector de la PUCV, Claudio Elórtegui, y de la encargada nacional del Programa Regional de Conicyt, Paula González. Asistieron también la representante del intendente Raúl Celis, Leticia Olavarría, y el director del centro CERES y académico de la PUCV, Eduardo Gratacós.
CERES trabajará con sede en la Estación Experimental La Palma, perteneciente a la Facultad de Agronomía de la PUCV.
“Este Centro va a contribuir a la modernización de los procesos productivos, a la incorporación de nuevas tecnologías, a nuevos conocimientos que va a potenciar el área agrícola en particular en el ámbito de la hortofrutícola”, sostuvo el rector Elórtegui.
Por su parte, Eduardo Gratacós, a la cabeza de la primera sesión del directorio, dio a conocer las principales líneas de investigación y gestión a las que estará abocado este centro los próximos cinco años. Sus tres grandes áreas serán: sistema hortofrutícola, ordenamiento territorial e innovación hortofrutícola regional.
“Todas estas materias se vincularán entre sí con el fin de crear modelos de desarrollo que revaloricen lo local”, dijo Gratacós. El académico también sostuvo que “la innovación estará presente desde un comienzo a través de los métodos de innovación participativa. Se generarán visiones comunes por parte de los diferentes actores, se identificarán grandes áreas con potencial de desarrollo, se definirán proyectos y programas específicos, y se los pondrá en marcha en conjunto con los actores interesados”.
Entre otras acciones, CERES, buscará prospectar el potencial hortofrutícola de la región con tecnología, indicadores de impacto, estudios climáticos, de agua y suelo. Se desarrollará conocimiento sobre sistemas biológicos, problemas productivos de especies específicas e introducción de nuevas variedades.
En el ámbito del ordenamiento territorial, se han definido tres grandes zonas a nivel regional: Aconcagua interior, La Ligua-Petorca y territorio de influencia marina, donde el equipo de profesionales del organismo realizará talleres para articular alianzas y apoyo en la formulación de proyectos que incluyen universidades, centros de investigación, agricultores y agrupaciones de la agricultura familiar campesina.
“Hay interesantes ejemplos de países desarrollados, como Francia, Italia y Nueva Zelanda, en los que la ruralidad ha adquirido un mayor valor como paisaje y reales posibilidades de combinar un buen vivir con la producción de frutas y hortalizas, manteniendo tradiciones culturales y preservando el medioambiente”, explicitó Gratacós al mostrar la visión que tiene este nuevo Centro.
CERES trabajará con sede en la Estación Experimental La Palma, perteneciente a la Facultad de Agronomía de la PUCV, en la ciudad de Quillota. A su financiamiento también aportan las empresas agrícolas Brown y Pihué.
*CERES es la diosa romana de la Agricultura, la fertilidad y los cereales.
Fuente:
Aulikki Pollak
Encargada de Comunicaciones CERES