La sección “Vida-Ciencia-Tecnología” de El Mercurio es una excelente fuente de información científica diaria para el lector chileno. Tener dos páginas al día de contenidos científicos en la versión impresa, y periodistas dedicados exclusivamente a cubrir estas temáticas, es un lujo comparado con la situación en otros medios escritos. Suelen abordar las noticias más relevantes del ámbito internacional, y escribir notas bien cuidadas sobre investigaciones locales. Varias veces les hemos alabado en este tracker. Por eso ayer nuestros ojos no daban crédito al encontrar un reportaje sobre ovnis y ufología en plena sección de ciencia.
El texto de Alexis Ibarra “Archivos de ovnis avistados en Chile impactan al mundo” está muy bien redactado, entrevista al protagonista de los avistamientos, da referencias… con una salvedad: no pone en duda ni contrasta con nadie las opiniones del general que dice haber “logrado reunir 100 avistamientos que caen en la categoría de OVNI” (tras haber descartado el 95% de casos que le llegan), y que el 24 de junio de 2010 observó “un objeto con forma de domo que se movía a 10.000 km/h, cosa que ningún aparato conocido logra hacer” (imagen lateral).
Cierto que reconoce “no estar hablando de marcianos”, pero todos somos conscientes de los precedentes que acompañan a la ufología. Con los numerosos engaños del pasado, no podemos darle credibilidad tan fácilmente.
El texto de Alexis está escrito en un lenguaje como si redactara un artículo científico, hablando de que los resultados fueron “presentados en un Congreso Mundial de Ufología que acaparó la atención de los medios especializados”, que está avalado por el “comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos”, y que “El Huffington Post y publicaciones e ufología ya están hablando sobre la exposición de Bermúdez”. Lo sentimos, pero “ufología” y “genética” no pueden ser intercambiadas tan alegremente. “Huffington Post” y “Nature” tampoco. Y la verdad, que la única cita para contrastar la información sea la de un urólogo diciendo que “Chile está liderando el camino en el fenómeno OVNI”, más que otorgar credibilidad la resta. No sabemos si deberían sentirse muy orgullosos de este liderazgo.
Aquí no vamos a ponernos en la posición de escépticos-sabelotodo-loquenoescienciaesunfraude.
Pero sí consideramos que la nota otorga excesiva credibilidad a las palabras del general Bermúdez. De nuevo; es un tema con unos precedentes que deberían ser tenidos en cuenta, especialmente en una sección de ciencia que –por definición- siempre debe mantener un espíritu crítico.
Cierto que la categoría de ciencia debe englobar mucho más de lo que sucede en los laboratorios, pero sí debemos mantener los criterios de experimentación a poder ser, y al menos la revisión por compañeros no involucrados en la investigación que sí aporta credibilidad.
El texto de los ovnis encajaría mejor -si en algún sitio- en sucesos que en ciencia.
Sin salir de Chile, repasando otros periódicos, en La Tercera encontramos un muy buen texto de Cecilia Yáñez “Chilenos buscan diagnosticar esquizofrenia a través del movimiento de los ojos”. La idea básica es que el patrón de movimiento de los ojos es diferente entre personas sanas (se mueves 4 veces por segundo) y esquizofrénicas (suelen quedarse fijos), y esto podría ayudar a diagnosticar e incluso predecir la enfermedad. Seguro que hay muchos factores a contemplar, y por eso según el texto de Cecilia, la investigación se demorará 10 años. Quizás, siendo algo tan aparentemente sencillo, quizás nos faltaría conocer el grado de avance a nivel internacional de esta metodología.
En La Nación también encontramos una aplicación tecnológica chilena muy curiosa, en este caso utilizada en escuelas de medicina locales. Joyce del Campo nos habla de que “Estudiantes de la salud practican con muñecos que hasta fingen su muerte”. Un poco gore, se trata de “bebés tan reales como un recién nacido que respiran, se les puede aplicar sondas y todo tipo de procedimientos médicos”. E incluso fingir su muerte. Ups…
– Pere Estupinyà
Publicado originalmente aquí
Vale la pena señalar que el testimonio del avistamiento de ovnis en Chile apareció en la pàgina de El Mercurio que se titula «Vida-Ciencia-Tecnología». Por consiguiente, puede interpretarse como una expresión de vitalidad del observador.