En la Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en Chile el 2016 realizada por Conicyt, cuando se le preguntó a la gente qué se le viene a la mente cuando se habla de ciencia, la mayoría de las respuestas eran “descubrimiento”, “medicina” o “estudio”. Muy lejos de ellas, está la palabra humor. Sin embargo, el combo ciencia-humor sí tiene sus representantes. Con ellos conversamos en la actividad Achipec “Había una vez un gato, un mono y una ciencia”, realizada el 18 de julio en el Mephisto Bar de Ñuñoa

Gatos Qls es una cuenta de humor gráfico, cuya crítica social y sarcasmo no solo alude a política, televisión y contingencia, sino además a la ciencia y a sus representantes.

Su creador, Cross the Styx, señala que si bien este tipo de contenido no se comparte mucho, sí genera discusión: “Hay mucha gente que entiende, gusta o disfruta de manera amateur de la ciencia, y eso se nota en la calidad de las discusiones”.

Su éxito en redes sociales, que incluye más de 450 mil seguidores en Facebook e Instagram, transformaron esta cuenta en un flamante libro que salió a la venta el 1 de agosto. Cross the Styx adelanta algunos contenidos relacionados a la ciencia: “hay varios gatos más o menos en esa línea, que son Dr. Doctor, el Gato Flaite con PhD y el Profesor Maza; y si sumamos a Freud que hace su aparición rutilante en este libro, estamos claramente hablando de uno de los contenidos importantes dentro de esta publicación”.

Otra cuenta en redes sociales que está subiendo como espuma es el CIAS Chile o Centro de Investigación del Arvo Champion. Dirigida por el Mono Mayor, Juan Correa, geógrafo de Fundación Vivienda y docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, CIAS pone a disposición de todos bases de datos, artículos y actividades científicas con un lenguaje muy particular. Con esta información, también genera mapas y gráficos en torno a problemáticas locales y atingentes. 

Si bien sus maneras y comentarios no necesariamente representan a un académico o académica promedio en su contexto profesional, sus pares respaldan su tono humorístico y su afán de compartir nueva información. Es más, se podría decir que CIAS es un dealer académico: «Hay situaciones bastante interesantes (por no decir chistosas) como colegas o académicos que saben quienes estamos detrás del CIAS y a veces nos escriben para preguntarnos si “tenemos mano con alguna base de datos” o si “podemos conseguirnos gratis el último paper de Chetty et al” (aguante SciHub)», comenta Juan sobre la buena recepción que han tenido con sus colegas del mundo académico.

A pesar de todo el éxito que han tenido en redes sociales, una de las batallas más importantes de la comunicación de la ciencia aún preocupa a Juan: “Hoy más que nunca, en medio de todo el descalabro de los antivacunas, terraplanistas, urbanicistas, negacionistas de la demanda inducida o del cambio climático, necesitamos a la ciencia, necesitamos la evidencia, tanto para la creación de mejores políticas públicas como también para reducir la brecha entre la ciudadanía y la academia. (…) Necesitamos que muchos más investigadores difundan su trabajo, opinen más, expongan su conocimiento en redes sociales”. Sobre el resquemor que pueden tener algunos respecto a participar activamente en estas plataformas, Juan es enfático: “Como decimos en la pobla… voh dale, ponte bélico y no le dí más color”. 

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